Es increíble como algunas personas de forma ligera y sin
mayor moderación te proponen contratar un seguro con la única finalidad de
realizar una reclamación fraudulenta; Someterse a una intervención quirúrgica;
o solicitar la indemnización por la pérdida de un bien que ya ha desaparecido.
Y más increíble aun es el hecho de que en la mayoría de los
casos estas proposiciones te las realizan amistades o personas allegadas y que de
hecho, basadas en esa relación toman el valor para hacerte tal propuesta, sin
tomar en cuenta que de hecho eso que te proponen constituye un fraude y que tal
petición nos irrespeta y nos ofende (o por lo menos asumo que a la mayoría de
los profesionales que laboramos en este sector).
El fraude de seguros comprende todas aquellas acciones que
realizan los asegurados para obtener un beneficio que no les corresponde o,
también, los actos ilícitos que llevan a cabo las compañías de seguros, sus
empleados o los intermediarios de seguros.
En muchos casos a algunas personas, tras un hecho
inesperado que les supondrá un fuerte perjuicio económico al no haber sido responsablemente
precavidos les viene a la mente, porque no, llamar a su buen amigo o conocido “el
corredor de seguros” para plantearles contratar una póliza de seguros y con
esta solventar su problema, asumiendo que este corredor en base a esta relación
les colaborara sin pensar siquiera que al participar de un hecho así su buen
amigo el corredor de seguros estaría arriesgando su porvenir, su carrera y los
años que invirtió en convertirse en un profesional, pudiendo quedar
inhabilitados para ejercer poniendo en riesgo el sustento de su familia, sin
mencionar el riesgo de ser sancionado penalmente.
Así que como amigos o conocidos uno esperaría que lo
trataran como un profesional y que nunca te insinuaran algo desleal, poco ético
que pusiera en riesgo tu futuro o el de tu familia. Menos aún por el simple
hecho de que no se fue previsivo en algún momento de su vida.
No somos quienes para cuestionar las decisiones que una
persona ha tomado en su vida ni para criticar las inversiones que hayan o no
hecho en materia de seguros. Pero como profesionales si debemos ser estrictos y
rígidos al rechazar y repudiar cualquier propuesta inescrupulosa que atente
contra la ética y las buenas prácticas de nuestro sector.
Pueden creer que en el fraude de seguros sólo haya un
"beneficiado" (el delincuente) y un "perjudicado" (la
empresa de seguros). Sin embargo, esto no es así, el fraude de seguros nos
perjudica a todos.
A los asegurados, porque deberán de soportar los incrementos
en las primas, causados por la actuación inescrupulosa de unos pocos.
A los propios defraudadores, ya que las consecuencias de su
actuación pueden ser muy considerables, estando en algunos casos tipificadas
como delitos sancionables penalmente.
A la compañía aseguradora, por las cuantiosas pérdidas que
le causa, tanto en dinero, como en tiempo y medios que emplea para impedirlo.
Además, la inevitable subida de las primas provoca, como consecuencia, una
pérdida de cuota de mercado.
Al sector asegurador, en general incluyendo a sus aliados comerciales.
Marty Frederick Leal Carmona
Consultor – Asesor de Seguros
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por sus comentarios... Si desea una consulta personal o desea información sobre la contratación de algún Plan de Seguros, escríbame a martyleal@gmail.com o llámeme al 0416 6321547
***Si su comentario no se visualiza en la pagina, escriba directamente a martyleal@gmail.com o agregue el comentario en otra entrada***