Resulta 
que ir a trabajar es mucho más peligroso de lo que creemos. Mientras nosotros 
leemos el correo electrónico tan tranquilamente, lo mismo nos estamos 
destrozando la espalda que contaminando con el purificador de aire, todo esto 
agravado por compañeros que no lo son tanto como dicen. Según Jen Wieczner, un 
lugar de trabajo en una oficina puede acarrear muchos más riesgos de los que 
creemos, que recoge en la siguiente lista.
1. El trabajo 
de oficina no es tan seguro como piensas
Parece que 
pasarse la mayor parte de la jornada laboral sentado en un escritorio no 
conlleva peligros, pero hay verdaderos riesgos laborales, por los que en 2011 
hubo 286 muertes por trabajos administrativos en Estados Unidos, según el Bureau 
of Labor Statistics. Una de las principales explicaciones de los daños en este 
sector estan en los archivadores, así como subirse a estanterías y otros muebles 
mal atacados. Es cierto que es el sector en el que ocurren menos accidentes, 
pero esto no significa que no ocurran nunca.
2. A veces el 
edificio agota más que el propio trabajo
Los 
consultores de salud y también los laborales hace tiempo que advierten de las 
dificultades del propio espacio de trabajo, como los malos olores, la humedad o 
la falta de ventilación, así como el uso de productos químicos o otros 
contaminantes. Estos factores pueden causar dolores de cabeza, tos y fatiga que 
se reduce cuando una llega a casa, y la gente mayoritariamente lo atribuye al 
trabajo, pero no piensa en el edificio. 
3. Estás 
sentado con tu peor enemigo
Antes de 
culpar de tus problemas de tabajo a tu jefe o al compañero que te quede más 
cerca, ten en cuenta que el foco del problema podría estar mucho más cerca de 
ti. En concreto, en la silla. Según los expertos, es el aspecto más peligroso de 
la oficina, puesto que la mayoría de gente no es consciente del daño que se está 
haciendo cuando se sienta de forma inapropiada o en una silla inapropiada. Por 
no hablar del estilo de vida tan sedentario que significa. Si puedes, olvida el 
ascensor y sube por la escalera para suavizar ese efecto.
4. El lado 
oscuro de los edificios verdes
Independientemente 
de las prácticas de reciclaje de cada uno, queda claro que cada vez las empresas 
tienen más en cuenta su lado verde. De hecho, cualquier edificio construido en 
los últimos años cumple una serie de criterios ecológicos, pero según algunos 
críticos, los edificios que intentan salvar la Tierra no tratan tan bien a sus 
ocupantes. Por ejemplo, el exceso de luz daña la vista ante una pantalla, y los 
sistemas de humidificación atraen a insectos que no son 
bienvenidos.
5. Compañeros 
de trabajo que descuidan la limpieza
Los seres 
humanos desprenden y cogen tres cuartas partes de sus bacterias en el trabajo, 
sobretodo en el caso de los hombres, según un reciente estudio de las 
universidades de San Diego y de Arizona. Este estudio se centró en las 
superficies como escritorios y teclados, y si bien la mayoría de los gérmenes 
son inofensivos, cuando alguien se pone enfermo en la oficina, facilitan su 
propagación. 
6. Los virus 
del ordenador no son nada comparados con los reales
Hasta los 
lugares de trabajo más seguros y más limpios han sido víctimas de unos intrusos 
cada vez más descarados: chinches. Cada vez hay más demanda de empresas de 
exterminio de este tipo de insectos en oficinas, ya que es el hábitat ideal para 
que críen: salen por la noche, cuando no hay nadie, y se alimentan de las 
migajas de los trabajadores.
7. Adiós a las 
paredes del trabajo, hola a las de casa
Es cada vez 
más frecuente eliminar las paredes en los lugares de trabajo, y hacer lo que se 
llaman espacios abiertos. Todo esto viene acompañado de un mayor interés por el 
teletrabajo, por permitir que la gente circule libremente durante su jornada 
laboral apoyada por tabletas y portátiles, que nos remiten a las dificultades 
anteriores pero trasladadas a casa, empezando por las malas 
posturas.
8. La otra 
cara de los espacios abiertos
Además, romper 
las barreras en la oficina puede en realidad crear más problemas de los que 
resuelve, como el ruido o la falta de privacidad. Además, sin muros, los 
compañeros se visitan entre ellos libremente, y se distraen continuamente sin 
ningún control. Los expertos aconsejan una especie de señal de “No molestar” 
para garantizar espacios productivos.
9. Tu 
ordenador no es el único que se está helando
Los 
consultores coinciden en que uno de los puntos de consenso más difíciles de 
alcanzar en la oficina es la temperatura. Cada uno tiene su propio termómetro y 
siempre hay quien tiene frío y quien se queja de que hace demasiado calor. Lo 
que está claro es que se exagera con la calefacción en invierno y con el aire 
acondicionado en verano, y eso perjudica la productividad y tu 
salud.
10. Cuidado 
con los compañeros que tienen las manos largas
Antes, en las 
oficinas, desaparecían los relojes. Ahora, como vamos tan armados, ya 
desaparecen móviles de alta gama, tabletas e incluso portátiles, que en 
ocasiones han sido pagados por la propia empresa. Siempre se culpa a los 
trabajadores de limpieza o a los guardias de seguridad, pero a menudo tenemos a 
los culpables más cerca de lo que creemos. Simplemente, es importante ir con 
cuidado, estar atento. En esto y en todos los puntos anteriores para llevar una 
vida saludable fuera y dentro del trabajo.
 
Fuente: Empleos El Universal